Transformación de día a noche: Aplicación de veladuras en acuarela

Para realizar este ejercicio necesitamos una acuarela anterior, ya terminada y seca que represente un paisaje de día. Yo he elegido la acuarela de la Torre del Oro del ejercicio anterior.



1. Escogiendo el color de la veladura. 
La veladura nos cambiará el color general de la obra, en este caso buscamos convertir un paisaje diurno en nocturno, por tanto el color de nuestra veladura tendría que ser un tono azul intenso. 

Buscamos un color azul que sea oscuro pero a su vez transparente, podemos ver la transparencia en un papel de prueba aplicándolo encima de otro color. Yo he usado azul ftalo y azul índigo para unas zonas y un poco de ultramar en otras.



2. Aplicando la veladura.

El color se aplica sobre seco en las zonas que deseamos oscurecer y cambiar de color, empezamos por el cielo. Hay que tener cuidado cuando el pincel se pasa por colores secos muy cargados, algunos pueden correrse. No aplicamos el color en la torre. 
Una vez pintada la veladura en el cielo hacemos lo mismo en el agua.







3. Recuperación de formas.
Es normal que al pasar el color de la veladura por el cielo algunos elementos como las palmeras se queden difuminados, no pasa nada podemos volver a pintar encima y recuperar sus formas. 




4. Toques finales

Podemos aplicar varias capas de veladuras hasta obtener el color deseado, se recomienda que sean las mínimas. 
Una vez recuperadas las formas y habiendo llegado al punto deseado de tono  se añaden detalles del paisaje nocturno, se potencia el color amarillo de la torre y su reflejo y se ponen toques amarillos , naranjas que nos indican la iluminación artificial de la ciudad, sin  olvidar que todo lo que se ponga arriba se refleja en el agua. 

Acuarela pintada por María José Barrera


5 . Antes y después


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